La importancia del uso de la tecnología en la industria láctea fue expuesta por José Cárdenas, director de Elanco para Latinoamérica, en el pasado VII congreso internacional de Asoleche en Bogotá.
En conferencia, el director de Elanco dio a conocer como somos testigos de una transformación social como nunca antes se había visto, “vivimos en un mundo completamente globalizado, miles de millones de personas buscan mejorar su nivel de vida para incorporarse a la clase media, cerca de 4 mil millones de personas formarán parte de la clase media para 2020, duplicando los cerca de 1.800 millones que la conforman en la actualidad”, dijo José Cárdenas.
Este cambio traerá retos y oportunidades para todos los sectores industriales y productivos. En el sector de alimentos se espera que la demanda de proteína animal como leche, huevo, carne de res, cerdo y pollo crezca en un 60 por ciento para 2020 como parte de este cambio.
Pero no sólo la proteína animal notará un incremento en su demanda, la FAO estima que para 2050 las necesidades mundiales de alimento se duplicarán. Las estimaciones más conservadoras señalan que seremos 9 mil millones de habitantes, todos con el derecho a una alimentación sana, nutritiva y accesible; sin embargo, los recursos naturales serán los mismos con los que hoy nos alimentamos los 7 mil millones de personas que habitamos el planeta, una gran parte de los cuales, cerca de mil millones, según la FAO, ya sufren los estragos por la falta de alimento, conocida como hambre crónica.
Con este escenario de una mayor población demandando más alimento con los mismos o menos recursos naturales de los que tenemos hoy, surge la duda, ¿Cómo alimentaremos a los que hoy no tienen qué comer y a los que están por venir? Esto sólo es posible mediante una producción eficiente de alimento y la tecnología de punta agropecuaria es la clave que nos permitirá abrir la puerta a la producción eficiente de alimento.
La misma FAO señala que la tecnología de punta agropecuaria será fundamental para cubrir el 70 por ciento de la demanda futura de alimentos. Por tan solo mencionar, en la actualidad cada habitante del planeta tiene acceso a un vaso de leche, cuando la recomendación de la Federación Internacional de la Leche, IDF, sugiere que deberían ser 2 vasos por persona. La leche nos ofrece nutrientes vitales como proteínas, vitaminas, minerales y energía para una buena vida; esta contribuye a mejorar las capacidades intelectuales de los niños su estatura y crecimiento. Está claramente demostrado que la leche contribuye a incrementar la estatura infantil 0.40 cm por año y mejora el rendimiento académico de los niños en un 28 por ciento.
¿Podemos darnos el lujo de no contar con leche suficiente para satisfacer la demanda? ¿Vamos a quitarle a las generaciones futuras la oportunidad de un óptimo desarrollo? Tajantemente nuestra respuesta es No, menos aún si consideramos que hoy contamos con la tecnología disponible para producir con mayor eficiencia y que nos puede ayudar a incrementar la producción de proteína de alta calidad como sucede con la leche.
El uso de tecnología presenta la gran responsabilidad de mantener la confianza que los consumidores tienen hoy en la industria de alimentos. Existen actualmente muchos mitos sin base científica alguna que generan un alto desconocimiento sobre los beneficios en el uso de estas tecnologías. Es entendible, pues haciendo honor a la verdad, tenemos muchos aspectos por mejorar frente a la difusión sobre los mismos beneficios.
Pero ya es suficiente, como sociedad debemos tener claros los retos alimentarios que nos depara el futuro y defender los beneficios que trae el uso de tecnología. No hacerlo, es un lujo que no podemos darnos, la cuenta regresiva sigue y entre todos tenemos una gran tarea, alimentar a los 9 mil millones de personas en 2050. #FeedThe9
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Sandra Garzón Bustamante.
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